jueves, 17 de julio de 2014

Neoprogresistas

En por qué la intolerancia se ha vuelto respetable se dice que la intolerancia con los que piensan diferente es el síntoma de un problema más grave, cuyo rasgo esencial es su temple antidemocrático, y que se puede calificar de «antiprogresismo», pues «se opone a la idea progresista clásica de que los derechos individuales merecen ser protegidos por igual por el gobierno y la ley, y es hostil a la libertad de conciencia y de expresión». Más que antiprogresismo yo hablaría de «neoprogresismo», una nueva casta en la que militan muchos.