jueves, 20 de febrero de 2014

Minucias sin importancia

Estoy de acuerdo con la tesis de fondo de este artículo: «la raíz profunda de la desmoralización que sufrimos está en el desprecio a la vida humana, manifestado en prácticas como el aborto o la eutanasia. Si una sociedad considera tolerable, más aún, da por bueno que podemos eliminar el embrión en el seno materno o acabar con el ya nacido cuya vida no reúne la calidad deseable —iba a escribir “adulto”, pero en Holanda y Bélgica ya se permite la eutanasia infantil—, las demás infracciones acabarán pareciéndonos minucias, desviaciones sin importancia. Evadir impuestos, pagar o cobrar comisiones, prevaricar, mentir —al electorado, a los accionistas, al cónyuge, a los clientes o proveedores, a las audiencias—, robar: quien acepta el delito mayor como algo normal, ni siquiera advertirá la gravedad de los delitos menores».