Philip Coggan: Japón «es como una máquina del tiempo que nos enseña lo que nos va a
pasar. Se están volviendo viejos. Venden más pañales para los ancianos
que para los bebés. Y tienen muchísimas deudas. Su economía no ha crecido apenas en 20 años. De
todas formas tienen suerte, porque se deben el dinero entre ellos
mismos, y no tienen a los extranjeros llamando a la puerta para que les
devuelvan el dinero».
El Papa: «Si disminuyen las inversiones, los bancos, todos se ponen a decir que
es una tragedia. Si las familias están mal, no tienen qué comer, si la
gente muere de hambre, entonces no pasa nada… Esta es nuestra crisis».