Hay gente que piensa mucho en el infierno.
Se diría que lo sienten como una necesidad: «La idea de un Juicio Final de la humanidad es una idea genial por
muchas razones, la primera de las cuales es que expresa la absoluta
necesidad de que la injusticia y la maldad no puedan prevalecer, y la
desgracia y el pisoteamiento de tantos seres humanos deben ser
compensados. Es una necesidad ética, sencillamente, que haya esa
“segunda vuelta”, la definitiva, que ponga las cosas en su sitio».